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miércoles, 14 de septiembre de 2022

El asunto del poder

 

Un joven adulto, me dijo hoy: “Tú sí que tienes el poder. Más que Pedro… -refiriéndose a San Pedro, a quién Jesús de Nazaret le entregó las llaves del Reino. Y así me quedé pensando en el asunto del «poder».


Hace años, alguien me preguntó: ¿Qué haces cuando te sientes mal, cuando sientes que no puedes más…? -palabras más, palabras menos, dijo eso. Y mi respuesta – tras pensar un momento fue: “Recordar la primera - y las otras veces – que en el camino de peregrinación a la basílica de la Virgen de Itatí - Corrientes, Argentina - me tropecé, me detuve, y sentí que desfallecía, que casi no podía más… Y, sin embargo, me sobrepuse, me fijé una meta corta – el siguiente hito en la ruta de camino al poblado de destino, y, luego pensé en una meta mayor: “llegar”. Y también, recordar que llegué. Y llegué varias veces, no una, sino varias veces más. Siempre cansado, siempre dolorido, pero sabiendo que hubo una primera vez que descubrí que podía, que era posible llegar. Fue importante darme cuenta que se podía lograr mucho más de lo que imaginaba.

La vida también me enseñó que no todas las metas se logran, pero sí, que es posible intentar y rescatar lo enriquecedor, lo que se puede aprender del camino. Cada trayecto del camino enseña.



Cuando pienso en este asunto del «poder» creo que es un importante ejemplo de poder, ese que te lleva a -, a dar lo mejor de ti, a descubrir esa gran fuerza interior y que, de no ser por una situación adversa o compleja, más o menos difícil, no lograríamos visualizar en su justa dimensión.

Recuerdo, sí, recuerdo una situación adversa. Había estado varios días en coma inducido, con complejas dolencias que estaban atenuadas, solapadas, en su expresión mínima, por efecto de la potente medicación: calmantes para el dolor. Días después de despertar, tenía escaso tono muscular por efecto de los días de postración en la cama. Y debía recuperar ese tono. Había que intentar caminar. Sí… Pero antes había que lograr sentarse, luego estar de pie, y finalmente, dar el paso. A esto le llamé: mi caminata lunar. Días después de los primeros intentos, caminaba por el pasillo y apareció el médico que se hizo cargo de mi recuperación, no el que estaba asignado, sino el que se involucró con su paciente, el que tomó las riendas y luchó por la recuperación del paciente. Me preguntó: “¿Estás caminando? ¡Bien!” Y le respondí: “¿Es lo que hay que hacer no? Levantarse y seguir”.

Esto que comenté antes, estos casos tomados de la vida, simple, de cualquiera, son - creo – la verdadera cuestión. En eso consiste el asunto del poder, ese es el verdadero poder. Ligado esto a la creencia que tengas, a la filosofía que adhieras.

       Pedro Buda 

2022

domingo, 17 de abril de 2022

Silencios de Guerra y otros cuentos…

 

Captura de pantalla de la revista Nudo Gordiano publicada en Issuu


Silencios de Guerra es uno de los cuatro cuentos que conforman el libro titulado “Los pasos de Jaguareté michí y otros cuentos” que se publicó en Editorial Bubok en 2020. Me parece relevante compartir la introducción que escribí para ese libro y por ello lo dejo más abajo.

Recientemente, tuve el privilegio de que el cuento «Silencios de Guerra» fuera publicado en la revista NUDO GORDIANO, en su número 23, correspondiente a marzo- abril de 2022. Aparece en la pp. 12. Y comenté sobre ello en mi otro blog Universo creativo de Pedro Buda. Mi gratitud a quienes llevan adelante la revista, pues además de permitirnos llegar a sus lectores realizan una cuidada edición de la revista.

Escribir para mí es más que un pasatiempo, implica cierto trabajo, o mucho, en realidad. Desde que se me ocurre escribir algo hasta escribirlo en la página en blanco del papel o del monitor puede pasar tiempo. Y luego vienen correcciones y ver qué queda. Cada vez trato de pulir más mis textos, a fin de presentar algo más acabado al lector, nuestro cómplice en esta tarea de compartir historias, relatos.

Entre la instancia de escribir y publicar hay un camino, un espacio, un tiempo, un conjunto de detalles interesantes donde el trabajo primero puede variar, mutar, o desaparecer. Pero existe un proceso muy interesante que cada cual lo vive a su manera.

Con algunos escritores con quienes mantuve entrevistas y con otros con quienes buscamos dialogar a menudo - aprendiendo en esa instancia - estamos de acuerdo en que es interesante esto que hacemos. Lo es en principio para nosotros, pero si a alguien más le llegan esas palabras y le significan algo, si le aportan algo… Pues se vuelve una experiencia aún más gratificante.

Hay autores que perciben remuneración por sus trabajos, otros no; algunos son muy conocidos por sus obras, otros no; pero les une eso común: dejar sus impresiones sobre una página, decir algo que sienten, mostrar eso que ven, dialogar con su presente o con el pasado, o con lo que imaginan es eso, que llamamos vida.

Silencios de Guerra - como los otros cuentos de este libro - fue escrito de un tirón. Pero el tema estaba presente desde hacía mucho en mí. Las circunstancias, las más de las veces, permiten que la imaginación discurra por un lugar y caminan así los relatos, lentos o vertiginosos. Y desde que vi la posibilidad, gracias a una escritora mexicana, de escribir varios textos sobre un mismo tema, lo incorporé a mi manera de escribir. Aunque no siempre se dé, de ese modo.

Este conjunto de cuentos que conforman el libro, antes mencionado, es muy importante para mí, y ver que los textos inician sus caminos me resulta muy satisfactorio. Digo esto porque los cuentos se están leyendo en distintos sitios o portales de Internet, aunque el libro tuvo pocas descargas, apenas cuatro. Sin embargo, en el sitio Tus Relatos, el primer cuento del libro “Los pasos de Jaguareté michí” tuvo 1.750 lecturas. Y cada tanto publico en otros sitios, como por ejemplo en Opulix, donde este mismo cuento tuvo 244 lecturas.

Gracias amable lector por acercarte a este blog y leer estos comentarios que surgen a propósito de la publicación de uno de mis cuentos en la revista Nudo Gordiano.

Tal como lo expresé más arriba, comparto la introducción que escribí para el libro “Los pasos de Jaguareté michí y otros cuentos”.





INTRODUCCIÓN


Con un párrafo del cuento “Los pasos de jaguareté michí” daré comienzo a esta breve introducción, que reproduce lo que relata el personaje Dionisia: «Así como la tierra cambia su color, después de que cruzas el río, así muta la vegetación, y también así, cambió la gente cuando en esa época de la guerra, cruzamos el río dirigiéndonos al encuentro del enemigo»

Estos cuatro cuentos cortos que conforman este libro intentar ser un homenaje a la gente que luchó en la Guerra del Chaco como soldados que sirvieron al Paraguay. Entre estas personas hubo mujeres que debieron ocultar su condición de mujeres para poder participar, para poder estar al lado de sus hermanos o maridos, para hacer algo en medio de esa contienda en la que se vieron involucradas.

A mis oídos llegaron sólo algunas anécdotas de mis mayores, y no porque no tuvieran nada que contar, sino porque el dolor era muy grande para compartirlos, sin desmoronarse en el intento. Y por otro lado porque algunas cosas al ser muy recientes o cercanas duelen de un modo que sólo el tiempo ayuda a mejorar. Lo cierto es que muchas de esas personas fueron olvidadas, como suele suceder a quienes combaten en una guerra. A veces, no olvidadas, sino que dejadas a un lado. Y muchos quedaron aferrados a sus recuerdos queriendo contar y sin tener interlocutores ávidos de saber de fuentes de primera.

Cuesta conocer las historias de mano de sus protagonistas. Más cuando te separa una o dos generaciones. Por otro lado, cuando descubres que es un tema interesante te das cuenta de que a quienes pudiste preguntar ya no están contigo, pues la vejez o la muerte los retiró del juego. Y no puedes preguntar. Entonces, trazas con la imaginación un esbozo de lo que pudo ser. Y sólo eso busca este grupo de cuatro cuentos.

Como es costumbre firmo estos relatos con mi seudónimo Pedro Buda.

Los relatos fueron escritos durante el año 2019. No se publicaron antes en ningún sitio o blog. Aparecen por primera vez en formato libro en Editorial Bubok.

Walter H. Rotela G.

Montevideo, Uruguay 2019




jueves, 3 de febrero de 2022

30 años de mi llegada al río de los pájaros

 

Imágenes capturadas en el andar por estas tierras "al sur del sur" (como dice el cantautor uruguayo  J. Drexler)


Este 5 de febrero de 2021 se cumplen 30 años de mi llegada a este país llamado Uruguay, río de los pájaros o río de los caracoles. Y no es poca cosa para mi. Representa más de la mitad de mi vida viviendo en este suelo, que supo recibirme.

Con estas palabras, con este texto sobre la página en blanco quiero rendir homenaje a quienes me recibieron y a quienes me brindaron su apoyo en este tiempo.

Mis familiares, mis tíos y mi primo, y luego a esa gente que me dio un trabajo, apoyo incondicional, un consejo, una mano siempre. Mis tíos ya no están en este suelo, pero habitan en mis recuerdos, en mi memoria, en cada día. Y siempre les estaré agradecido por brindarme su apoyo, sus palabras, su generosidad. A mi primo, que siempre estuvo ahí, mi reconocimiento especial, a su modo, con su palabra justa, siempre estuvo en todos estos años. Gracias.

No fue fácil empezar a caminar en nuevas tierras, pero encontré gente a la que me sumé en su andar y juntos fuimos dejando huellas en el camino que fue surgiendo con el tiempo. Y hay muchas personas a quienes debería nombrar, pero no hace falta, porque sé que conocen mi agradecimiento. Sin embargo, vale recordar algunas cosas.

En ese caminar por tierras uruguayas encontré a quien me mostrara sus paisajes, a quien me hiciera, de un modo u otro, hacerme sentir parte de ella. No sólo sus paisajes, sino su gente fui conociendo de la mano de estas personas generosas. Y fui creciendo, y en el paso de los años se sumaron historias, vivencias, fuertes lazos que perdurran en el tiempo. Algunas personas no están hoy, es cierto, pero representan parte de mi vida. Algunas estuvieron ahí, a mi lado, cuando los necesité, o cuando era tiempo de compartir alegrías, como cuando me casé con quien es la madre de mi hija, o cuando nació esta hija de estas tierras uruguayas. Otros forman parte de mi vida en tiempos de estudios universitarios, compañeros, amigos, gente con quien crecimos en las aulas, en los debates, en las charlas infinitas, en la producción de trabajos de grado… Cuántas anécdotas que siempre recuerdo. Y hay con quien salí a recorrer el país con cámara en mano para retener sus senderos, sus serranías, arroyos y caminitos de balastro o de tierra. Con quienes rescaté las voces, los recuerdos para incluirlos en cuentos, que hoy vuelan libres por la red.

Hubo y hay gente que conocí en las aulas de los primeros estudios que realicé, y que por cierto, aún están aquí, a mi lado, de un modo u otro. Los recuerdo con gran afecto.

Y están esas personas que conocí en las charlas, en las rutinas del día a día, con quienes caminé escuchando sus vivencias, sus historias, sus consejos. Muchas no están hoy, pero forman parte de mi vida, y lo que sembraron en mí, aquí está creciendo. También hoy quiero recordarlas, y agradecerles. Compartimos un mate, un té, unas galletitas o helado hecho en casa, esas cosas que no se olvidan, como sus historias, que en tardes interminables con un té de por medio, supieron narrar.

Muchas otras personas han estado a mi lado en el camino recorrido hasta aquí, son muchas, muchas y por eso creo, necesito, agradecerles, sin nombrarlos, pero sí, recordarlos, están en mí, en cada paso dado.

Vivir no es fácil, no lo es. Vivir en la propia tierra no es tarea fácil, pero hacerlo en otras tierras, donde todo se debe recomenzar, es una tarea aún más compleja, o no. ¿Quién sabe? Pero vale recorrer, animarse, darse la oportunidad. Hoy, conozco a nuevas personas, ellas han trillado ese camino que antes hice yo, y viven, más o menos, las mismas cuestiones que me tocaron a mí, en eso de aprender el ritmo propio, de este pueblo, de esta tierra, de esta ciudad puerto, de este país con sierras y mar, de cerros chatos y lagunas.

Y aunque no los mencionaré por sus nombres, también a mis padres, a mi hermana, que aunque los traigo al final, no son menos importante, porque fueron mi apoyo, mi sostén en tantos años. Mi brindaron la libertad de elegir, de hacer, de seguir mi destino, de hacer mi camino. Mi más profundo agradecimiento por creer en mí. Creo eso es lo que uno puede brindar a sus hijos, el apoyo, el creer en ellos, porque si sigues tus sueños, tus proyectos, seguramente, llegarás a buen puerto.


sábado, 4 de marzo de 2017

Dios lo bendiga hermano

Obra de Hugo Nantes expuesta en San José - Uruguay
Imagen capturada por el autor del blog.

Días atrás, un hombre joven, con problemas psiquiátricos, que oficia de saca coches, o, mal llamado 'cuida coches' agradeció por las monedas recibidas con una suerte de oraciones: "...para todo hace falta plata; todo dinero es una bendición; cualquier moneda ayuda..." Terminó, como lo hace habitualmente, con esta frase: "Dios lo bendiga hermano".
El encuentro con Juan, el saca coches, me llevó a pensar en las ideas que exponía en sus oraciones, en esa suerte de rezo que repite, una y otra vez, esté frente a alguien o solo. Todo hombre necesita trabajar, de una manera u otra para obtener los recursos para su subsistencia. Y entonces, si este hombre con dificultades en el habla, con problemas motrices leves y con un tic pronunciado busca recursos como muchos otros que viven en las calles, los sin techo, ¿cuánto más podrían hacer las personas privadas de libertad y que gocen de relativa buena salud?
Se sumó, para mis cavilaciones, el visionado de una película brasilera sobre la vida de una psiquiatra. El film mostraba la experiencia desarrollada en un centro de salud psiquiátrico brasilero por esta doctora, donde se estimulaba la creatividad, la actividad, se propiciaba el desarrollo de tareas creativas por parte de los pacientes, a quien se los llamaba 'clientes', reservándose el término 'pacientes' para los funcionarios que trataban con ellos. Pues, esta médico consideraba que debían tener mucha paciencia para poder propiciar alternativas en el tratamiento de la salud de los internos, darles oportunidad de ocupar su tiempo libre, de sentirse útiles. Ello contribuyó, con el tiempo, a crear unas mejores condiciones en la calidad de vida de los internos y su entorno.
Por otra parte, conocí por intermedio de un vecino y medios periodísticos, la experiencia desarrollada por un gobernante de EE. UU. quien llevaba adelante una cárcel modelo, donde los internos trabajan parte del día, reciben buena alimentación y hasta tienen acceso a ciertos canales de televisión por cable. Etas personas ocupan su tiempo libre en parte trabajando -con lo que devuelven parte de los daños materiales causados a la sociedad-, en otros momentos del día hacen actividades recreativas o deportivas y luego el descanso. El resultado parece complacer a todas las partes, al menos más que los sistemas tradicionales.   
Lo hasta aquí expuesto parece lindo... Pero llevarlo a la práctica implica, necesariamente, un cambio de mentalidad. Se necesita otra mirada, el tomar distancia de lo que se está haciendo y observar lo que otros países emprenden, quizás aisladamente. Es decir, no es que se lleven adelante estas experiencias en algún país en todas sus instituciones... ¡No! Se dan casos aislados y conllevan mucha resistencia. Y sí, implica ver al otro como un ser igual, con sus matices; pero igual. Un ser con potencialidad para superarse. Esto lleva a cambiar o modificar paradigmas, pararse de otro modo y llegara una nueva cosmovisión que permita operar los cambios necesarios para crear infraestructuras y condiciones para sostener un plan, educación adecuada a una nueva visión del asunto para la sociedad toda y en particular para las personas que  actuarán directamente en las tareas. Es decir, buscar herramientas para que las personas puedan realmente superarse a sí mismas, y no caer más profundo en los estados de depresión, abandono y empobrecimiento a lo que se llega con los sistemas así concebidos como están. Donde cárceles y psiquiátricos son depósitos y no centros de rehabilitación.
Sé que no es tarea fácil pero, si las personas recluidas o las que viven en situación de calle acceden a más recursos para saltar el casillero en el que están, quizás se escuche con más frecuencia la frase expuesta por Juan: "Dios lo bendiga hermano".
       Visto lo anterior queda pendiente alguna que otra pregunta: ¿Estamos –como sociedad y como individuos- conscientes de estos temas?; ¿Aparecen estas cuestiones expuestas o desarrolladas, o al menos insinuadas, en los grandes medios de comunicación?; ¿Existen propuestas, proyectos, estudios que lleven adelante los representantes del pueblo, de los ciudadanos en las cámaras de diputados o senadores?   
Si aceptamos que algunos datos numéricos, algunas informaciones estadísticas son indicadores de que las cárceles están con más población de la adecuada; si aceptamos que las condiciones en que viven los pacientes psiquiátricos o los clientes del sistema de salud psiquiátrica no son las mejores, como lo denuncian una y otra vez los funcionarios que allí trabajan ¿no será hora de buscar alternativas para mejorar la situación de todos? No ya la de los internos en esos centros, sino de la ciudadanía toda, puesto que la salud de unos implica beneficios para todos. Y si vemos con más amplitud y humildad, lo cierto es que quizás nadie está libre de llegar a esos centros, sean por los motivos que sean.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Aniversario del blog

En una entrada del 17 de Julio de este año (2016) mencioné que en diciembre se cumplen 8 años de este blog. Y en parte así es. Pero la primera entrada está fechada el 20 de noviembre de 2008. Ese mismo día subí dos textos: una invitación y un cuento1. Lo pueden constatar viendo las entradas de ese año. 
      Por algún motivo, que no recuerdo en este momento, feché diciembre como tiempo de aniversario Pero tiene que ver, quizás, con que 10 años antes (1998) me instalaba en mi casa, en mi apartamento, como nuevo propietario, junto con mi familia. Y este blog es también mi casa. Es el punto donde es la hiperrealidad, tal como el cuento, la novela. De hecho, en los cuentos, acordamos, tú (lector) y yo (escritor) que lo que aquí se narra es real. Transformando la experiencia en hiperrealidad.   
      Describo el mundo donde los personajes viven, hablan, sienten o se mueven. Y acordamos tácitamente que es así. Más allá de que cada uno perciba ciertas diferencias, detalles, lo que escribo te sirve de hilo conductor para que tú, amigo lector, crees o recrees el mundo compartido, donde los personajes son lo que hacen, sienten, o como los otros personajes lo ven. 
    Entonces, más allá de la exactitud de las fechas, me interesa compartir este tiempo como punto recordación, como punto de inflexión (expresión matemática, quizás no apropiada cuando no se busca la exactitud, pero sí como forma de ilustrar, de narrar sobre ese momento en que algo cambia) donde me detengo para mirar, evaluar y seguir haciendo, esto: escribir. 
     Para seguir escribiendo, conversando contigo, lector, hace pocos días inicié una nueva aventura compartida, el nuevo blog: Universo creativo de Pedro Buda. En él doy continuidad a este diálogo. 
       Quiero agregar que para que esa experiencia continúe, más allá de los blogs, te acerques a cualquiera de los libros publicados, si eso te parece bien, y construyamos juntos esta hiperrealidad, utilizando estos hipertextos.  
     

1. El cuento se titula  "Parte de su cerebro"

martes, 15 de diciembre de 2015

LA VIDA PRECISA SER NARRADA

En esta entrada compartiré una opinión sobre un tema que me interesa, cual si fuese una columna en mi propio blog.
El registro fotográfico, las distintas artes de representación son formas de narración.

Pensando sobre el último texto leído fue que me encontré con unas simples "verdades" o con puntuales circunstancias que se repiten en cada uno de nosotros, en nuestras vidas. Por un lado, "la muerte" como solución, desenlace de un capítulo –quizás último- de un texto cualquiera que narra lo vivido –en algún tiempo y en determinado espacio físico, geográfico- por alguien con ciertas señas particulares. Pero, dicho desenlace implica, claramente también, el inicio, el nacimiento.
El comienzo es descripción de circunstancias, que serán el contexto donde el personaje viva una aventura o desventura. Hasta ahí parece todo bien, pero siempre hay más. Pues nacer, no siempre es el comienzo estricto de algo, es en todo caso, la porción visible, observable. Los antecedentes de ese tiempo narrado existen, y necesitan ser contados para darle cabida en el tiempo actual vivido por el personaje, pues de un modo u otro, esas circunstancias incidirán en el devenir de la criatura que vive.
Vistas las cosas según lo planteado en el párrafo anterior, "la vida" puede ser concebida, estudiada y adquirir significación al momento de ser contada, narrada... ¿Será así? En todo caso... ¡Vaya casualidad!  Hoy ocurrió lo que llamaré "acontecimiento", entendiendo como tal, a un acto distinto de lo cotidiano en la vida de una persona, una acción que se distingue, que se aparta de la rutina, del ser en cuestión.
Un joven, egresado de una casa de estudios, presentó hoy su libro en una sala de su viejo colegio. En dicho texto, el hoy joven adulto, busca reflejar su vida, sus vivencias, el conjunto de circunstancias que le permitieron llegar al hoy. Este presente está enmarcado, por cada uno de esos días difíciles que le tocó andar, pero también, por los otros que le siguieron, esos que le mostraron el rumbo a seguir para llegar al hoy.
El joven no sólo vive y/o vivió, sino que precisa contarlo, narrarlo, para que esas "verdades", esas "puntuales circunstancias", adquieran un grado diferente, o, en todo caso, que sean también re-significadas por cada lector, por cada asistente a la presentación del libro. De allí esto que considero en párrafos anteriores: la vida precisa ser contada, narrada.    
Walter Hugo Rotela 

miércoles, 1 de enero de 2014

Reflexiones 2014


2014 -01-01 23:40
Está  terminando el primer día de 2014. ¿Y qué será lo que me animaré a expresar en estas formas Script MT Bold? Lo que sea… será.
Leía recién algunas comentarios de 2013, algunas quejas mías, algunas interpretaciones de mi camino. Mi “queja” es realmente un sentimiento, como tal, algo que vivo en lo más profundo de mi ser. En dichas expresiones decía que busco un trabajo donde pueda sentirme mejor, más valorado, más feliz con el trabajo diario, pero… no es fácil lograrlo. Sin embargo, creo que no veo lo obvio, lo que se da. Si “lo que hacemos es lo que somos”, como dice la frase, repetida hasta en televisión, debo agradecer el poder hacer esto que estoy haciendo ahora: “escribir”. Es lo que me gusta y hago a diario… o casi. Pero lo hago con todo el entusiasmo, las ganas, con todo mi potencial, con toda la polenta que me es posible, porque creo en ello.  Entonces, el trabajo está, lo hago a diario, o casi… como dije, pero aunque no es remunerado, hoy por hoy, es reconocido. Y ello basta para mí. Cuando otras personas leen tus escritos, tu discurrir… y encima lo comparten, es una forma de pagarte,  de compensarte por tu trabajo. Entonces, el trabajo existe y la compensación también, entonces, sólo basta decir: Gracias.
Estas líneas van dirigidas a nadie en particular, pero si escribo y leo, el primer destinatario soy yo mismo, y al compartirlo en la red, cada uno de los que se dignan leer el material son los otros destinatarios. A cada uno de ustedes, estimados lectores: Gracias. El que haya alguien del otro lado de la pantalla, de la red, de esta alba sustancia que simula hoja de papel es un estímulo que me lleva a seguir. Pero cuando no existía evidencia ninguna de vuestra posible existencia, escribía igual. ¿Por qué? Porque la expresión, el sentimiento, el deseo de contar historias, verdaderas, ficticias, basadas en la realidad, o esa parte del espectro de posibilidades que denominamos realidad, está antes de tener un público. Y entonces, ¿qué pasa? Pasa que al salir al encuentro de estas albas fronteras buceamos en el mar desconocido de nosotros mismos, donde nos interpelamos e interpelamos a los demás, los cuestionamos, los llevamos a pensar, en el mejor de los casos, o lo entretenemos… Todo es válido.
Escribir… escribir, un trabajo, un oficio que se hace al andar, una tarea, un divertimiento, un pasatiempo, una profesión, una forma de pasar el tiempo, una forma de contar la propia realidad, la propia visión de la vida que transcurre entre los intersticios de la vida cotidiana. ¿Importa qué es esto? Quizás sí, quizás no… Pero bueno, es –como dije- lo que hago a diario, o casi. Y como es el comienzo del 2014, lo hago haciendo eso que más me gusta: “escribir”. El año pasado inicié haciendo lo mismo. A un doctor le debo esa gran posibilidad de seguir haciéndolo, a la voluntad, otro poco. Sigo mi camino… sigo escribiendo, haciendo lo que más me gusta… los invito a seguir haciendo eso que a ustedes más les gusta.
A todos los cibernautas: Feliz 2014.

Walter Hugo Rotela González

A veces, en el atardecer, logramos pensar en las cosas diarias...


domingo, 28 de julio de 2013

Reflexiones 2013 - Un dos tres

06/04/2013
Qu'est-ce que c'est?

Más o menos así… “Qu’est-ce que c’est?”, y según el traductor de Google, debería quedar la expresión escrita de lo que repetía, en lengua francesa, en mis años de estudiante de la escuela secundaria.
   Los años pasan y sigo pensando en esa frase y en su significado… El significante sí puede escribirse diferente, y el significado puede ser parecido o no. Como siempre, el significado, en gran medida, depende del intérprete. Más allá de escribirse o pronunciarse en una lengua u otra, la pregunta está  ahí. Y qué es… es de lo que se trata esta búsqueda de sentidos u de horizontes de sentido –siguiendo a Habermans. Me gustaría ver el concepto de  “Horizonte”-entendiendo primariamente como “perspectiva” desde el cual se busca el sentido de la obra. Y cuando digo “obra” quiero decir también cada expresión que escribo o digo, cada acto en mi vida.
   Esto se trata de una búsqueda, de indagar en mí y en el otro, en tratar de entender ¿quién soy? y ¿quiénes somos? Y también qué es lo que hago o soy. Y soy en la medida que me cuestiono, y soy también antes, pero adquiero la calidad de algo en la medida que me pregunto y hago de mí un objeto de estudio.
   Y lo que soy es lo que hago, lo que creo con los elementos que tengo, lo que creo ser y lo que hago para lograr eso en lo que creo.
   Para entenderme busco también, lo expresé párrafos más arriba, al otro, a mis referentes o a mis espejos según la cosmovisión o punto de vista que utilizo para indagar. El otro ‘es’ en la medida que yo soy y, el otro está porque lo observo o me cuestiono sobre él ¿o está a mi pesar? Son sólo preguntas o son posibles respuestas en forma de preguntas.
   ¿Y qué busco? Quizás solamente vivir, entender mi presente a partir de conocer mi pasado, siempre desde la perspectiva del presente que vivo y desde la perspectiva o punto de vista desde la cual observo, lo que observo.  No habrá una verdad sino una interpretación de las cosas según desde donde miro, pero es un principio para seguir haciendo. ¿Haciendo qué? Pues sólo eso y nada más que eso que llamamos ‘vivir’.
   Me pregunto: ¿por qué es importante preguntarse? ¿Acaso será que implica un modo de ser y hacer del ser humano...?
   Mis reflexiones van por este lado hoy, me siento con ganas de pensar y repensar mi vida en estos términos. 
           
 Fray Bentos (Uruguay)
Esta imagen es de otro sitio (desconozco al autor)
Formosa (Argentina)
 Laguna Negra - Rocha (Uruguay)
                               
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Una llamada
09/04/2013
Qué simple forma de comunicarse, que manera de decir aquí estoy. Desde que existe el teléfono muchas voces se pueden escuchar sin estar tan cerca. Eso te dice que a alguien le importas y se contacta contigo.     ¿Qué es lo extraño? En esta era de las comunicaciones lo raro es no hacerlo por las otras mil vías de comunicación. Pero para aquellos que se han quedado a un lado de los nuevos medios hacer una llamada de larga distancia es todo acontecimiento. Y ahí reside lo extraño, o mejor será decir: lo extraordinario. Quién considera que de un modo u otro desea estar cerca de ti y busca esa manera que conoce para decir “Aquí estoy” me alegra, me permite sentirme bien, pues de un modo u otro nos dice que estamos cerca o no tan lejos como creemos.
   Pequeños gestos me muestran que dejamos huellas en los demás, y ellos dejan sus impresiones en nosotros. Agradezco esos importantes pequeños guiños.
   Daniel S…, un viejo amigo de la familia, un amigo de la juventud de mi padre se hace presente en esa llamada. Y no vuelve él solamente, sino de un modo insondable, también mi padre. Sí porque implica recordarlo vivo, joven, con su sonrisa amable siempre.
   La vida, como dice mi esposa, te regala esas pequeñas pero importantes sorpresas que te alegran o te emocionan un día cualquiera.
   Desde el otro lado de una línea alguien te dice “me importas” y eso, simplemente eso, es muy importante.
Agradezco esa llamada, ese tenerme presente, porque quizás, yo también, tengo presente a otros y no doy el paso de expresar que, ellos, son importantes para mí.

Ruta 11- Canelones  (Uruguay)
 

Canelón Grande - Embalse (Uruguay)
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Uno, dos, tres… tiempo de pensar
28/07/2013



En la radio suena el septuagenario cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger. Vuela la imaginación a otros tiempos, lejanos ochentas cuando los conocí, aunque sonaban en los ’70 y antes; pero yo poco sabía salvo algunas pocas cosas. Lo cierto es que estuvieron como están allí acompañándome, como a tantos otros, con su vitalidad intacta, con su costumbre de jugar con la voz y los instrumentos para deleite de los que escuchamos desde esos lejanos tiempos.
   Considero a la música como la herramienta que nos permite soñar, revivir ciertos momentos, crear la atmósfera para una cierta situación. Así sea en la sola imaginación para recrear sobre el papel o la pantalla una huella en forma de cuento o novela. N hablo de poesía porque no es lo mío. Hablo de lo que me gusta hacer, más allá de que lo haga bien o mal. Me gusta escribir y la música es un hilo conductor para unir a los personajes y sus ambientes, para crear las imágenes auditivas y los gritos de colores que le dan un cierto sentido a las situaciones vividas por esos seres de tinta y papel o de bits.
   Hoy puedo dejar estas otras huellas, estas que son, como las otras, producto de un cavilar pero que no buscan sino invitar al lector a pensar en lo cotidiano, en lo simple de las cosas de todos los días y a las cuales no le damos la debida atención. Esas cosas son las que nos permiten sentirnos bien, las que nos gusta hacer y que dejamos de lado por el apuro de los tiempos, de trabajar para pagar las cuentas, las que dejamos para llegar a tiempo a la reunión de trabajo para coordinar lo que igual sabemos no cuajará debidamente pero a la cual asistimos porque creemos que sí. Las cosas son más simpes o más complicadas, pero bueno necesitamos creer que tenemos el control.
   Los invito amigos lectores de esta página, si es que hay quien que lea esta página, a pensar sobre lo que nos hace bien y dejamos de darles el tiempo necesario para que hagan su acción sobre nosotros, es decir: hacernos sentir bien.
   Una puesta de sol, una caricia del ser amado, un rato de compañía, una conversación amena, la lectura de un libro que nos lleva a vivir la aventura de algún personaje con el cual nos identificamos o no, ir a pescar, fotografiar la luna, mirar el mar o el río, mirar el lento paso de las canoas sobre las aguas del río que avanza, siempre avanza- sin detenerse-, escuchar música y… simplemente eso: escuchar… los sonidos que la noche, la tardecita con su puesta de sol y la luna, asomando tranquila, nos quiera contar, de estos u otros tiempos pasados o por venir, o del presente que se pasea ante nosotros.

Río de la Plata - Punta Espinillo (Uruguay)


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