El registro fotográfico, las distintas artes de representación son formas de narración.
Pensando sobre el último texto leído fue
que me encontré con unas simples "verdades" o con puntuales
circunstancias que se repiten en cada uno de nosotros, en nuestras vidas. Por
un lado, "la muerte" como solución, desenlace de un capítulo –quizás
último- de un texto cualquiera que narra lo vivido –en algún tiempo y en
determinado espacio físico, geográfico- por alguien con ciertas señas
particulares. Pero, dicho desenlace implica, claramente también, el inicio, el
nacimiento.
El comienzo es descripción de
circunstancias, que serán el contexto donde el personaje viva una aventura o
desventura. Hasta ahí parece todo bien, pero siempre hay más. Pues nacer, no
siempre es el comienzo estricto de algo, es en todo caso, la porción visible,
observable. Los antecedentes de ese tiempo narrado existen, y necesitan ser
contados para darle cabida en el tiempo actual vivido por el personaje, pues de
un modo u otro, esas circunstancias incidirán en el devenir de la criatura que
vive.
Vistas las cosas según lo planteado en
el párrafo anterior, "la vida" puede ser concebida, estudiada y adquirir
significación al momento de ser contada, narrada... ¿Será así? En todo caso...
¡Vaya casualidad! Hoy ocurrió lo que
llamaré "acontecimiento", entendiendo como tal, a un acto distinto de
lo cotidiano en la vida de una persona, una acción que se distingue, que se
aparta de la rutina, del ser en cuestión.
Un joven, egresado de una casa de
estudios, presentó hoy su libro en una sala de su viejo colegio. En dicho
texto, el hoy joven adulto, busca reflejar su vida, sus vivencias, el conjunto
de circunstancias que le permitieron llegar al hoy. Este presente está
enmarcado, por cada uno de esos días difíciles que le tocó andar, pero también,
por los otros que le siguieron, esos que le mostraron el rumbo a seguir para
llegar al hoy.
El joven no sólo vive y/o vivió, sino
que precisa contarlo, narrarlo, para que esas "verdades", esas
"puntuales circunstancias", adquieran un grado diferente, o, en todo
caso, que sean también re-significadas por cada lector, por cada asistente a la
presentación del libro. De allí esto que considero en párrafos anteriores: la
vida precisa ser contada, narrada.
Walter Hugo
Rotela
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Atte. Pedro Buda