martes, 23 de noviembre de 2021

Entrevista realizada por la gente de Creating Stories

Captura de pantalla del sitio en Facebook

En esta entrada deseo agradecer a la gente de Creating Stories por esta entrevista, en especial a Samantha R. Gallo y a Víctor Panadero
En otra entrada anterior hay información sobre una recomendación de unos de mis libros por ellos en su sitio. por lo que les estoy doblemente agradecido, por esa gentileza. 

Revista Literaria Creating Stories 

ENTREVISTA A WALTER H. ROTELA GONZÁLEZ


Continuando con nuestras entrevistas destacadas, no queremos dejar atrás a este escritor con su increíble experiencia. Antes de comenzar con un poco de su historia, queremos agradecer a Walter H. Rotela González por permitirnos esta entrevista completa.

Walter H. Rotela González nació en Argentina en 1968 y actualmente reside en Uruguay. Durante su largo trayecto, Walter ha logrado publicar sus cuentos en diferentes revistas, tales como Revista Literarte, Revista Túnel de letras 1° y 4° edición, Universo La Maga y Suplemento Realidades y Ficciones, entre otras.

Además de ellos, posee varios libros publicados (al final del artículo os dejaremos los enlaces), en los que se encuentran Huellas de mis pensamientos, Buscando... las llaves, Siete cuentos - Del 2007 al 2008 y Líneas Paralelas - Relato de viaje, entre otros.

En abril del 2014, Walter H. Rotela González se dedicó a escribir en el diario digital El Mirador de Sudamérica, como periodista corresponsal hasta que en el año 2019 pudo colaborar dentro del programa radial Camino de Encuentros que se emitía los sábados de 16 a 17 horas, por Radio María Uruguay, 1090 AM.

Actualmente, y desde el 2020, lleva a cabo el programa Página en Blanco (Podcast) que va por Ivoox, Spotify, Tune In, donde desarrolla el tema de las entrevistas en la sección: Charlando con el autor que está frente a la página en blanco.

Después de conocer un poco sobre la historia de nuestro escritor del día, es momento de que lo conozcáis un poquito más. Para ello, nos ha respondido a una serie de preguntas, así que... comencemos.

–¿Recuerdas el primer libro que leíste? ¿Y la primera historia que escribiste?

El primer libro que recuerdo haber leído y que me impactó fue Sandokán y Los Tigres de Malasia, de Emilio Salgari. Las descripciones de la naturaleza, del mar, de las batallas y el aspecto de los personajes eran muy impactantes. Siempre soñé con tener esa calidad descriptiva. Y pensaba cómo lograba esos detalles. Años después supe que se informaba con los marinos que veía en los puertos y por otro lado hacía jugar a sus hijos y de allí obtenía esa acción.

La primera historia que escribí fue un cuento, porque antes había escrito una suerte de poemas, pero nunca me gustó eso realmente. No es lo mío. Pero el primer cuento tenía casi que ver con una rana convertida en mujer.

–¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?

Cuando tenía unos veinte y pocos años me entregaba de lleno a leer cuentos. Los clásicos, así conocí los trabajos de Frank Kafka, E. A. Poe, Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, J. L. Borges y J. Cortázar y todos los recomendados en una revista sobre cultura que leía en esos años. Tuve suerte de poder hacerme socio de cuanta biblioteca encontré en Montevideo y tener tiempo para leer. De todos ellos el que me impactó fue Kafka. Cada cuento me llevó a buscar el siguiente, una nueva descripción de situación, del personaje, los estados, necesitaba aprender ese modo de narrar. Describir tan bien a una sociedad, y sin embargo, parece que es posible trasladar esas características al presente. Rasgos más o menos, esos tipos humanos están por aquí.

–¿Quién es tu escritor preferido? Puedes elegir más de uno y de cualquier época.

Indudablemente mi escritor favorito es Kafka, sin lugar a dudas. Pero también Cortázar, pues el manejo del cuento es maravilloso. Cada autor que leí tuvo su magia, su forma de ver y describir que me entusiasmó en su momento. Por suerte aquí hay librerías de libros usados y además de las bibliotecas, pude conseguir clásicos y otros, que no eran sugeridos, pero que tenían lo suyo. Pero mi descubrimiento vino después de los 23 años, cuando empecé a leer muchísimo, pero siempre cuentos.

–¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer y crear?

Quizás hay varios, pero Sandokán, seguro que sería uno preferido.

–¿Tienes alguna manía a la hora de escribir o leer?

En general no. Leo en cualquier parte, y escribo en cualquier parte o momento. Puedo leer varias cosas al mismo tiempo y disfrutar con ello. Quizás no manía, pero una vez armado la idea de lo que quiero escribir, puedes buscar ambientes sonoros, paisajes sonoros, investigar más sobre algún aspecto y así ir puliendo lo que armé de los personajes principales. Generalmente hay uno o dos, como escribo cuentos, todo debe suceder muy rápido. Pero suelo una vez que tengo la base, dejar reposar la idea en tanto me alimento de imágenes. Con el tiempo le di mayor importancia a los aspectos sonoros.

–¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo?

La noche es el mejor momento para escribir, una vez que hay una idea. Pero escribo todo el tiempo, donde asalte la idea, la registró, luego, en la tranquilidad de la noche, desarrollo. La lectura se da cuando tengo ratos libres, puede ser en el trabajo, durante quince minutos, luego seguir en otro momento.

–¿Qué escritor o libro ha influido en tu trabajo como autor?

No lo sé. No puedo contestar a esa pregunta, pues no soy un estudioso del tema. Eso se ocupará alguien que sepa, no es lo mío.

–¿Cuáles son tus géneros favoritos?

Mi género favorito es el cuento. Incursiono en la novela, muy tímidamente, pensando capítulos como si fuesen cuentos. Pero creo que debo estudiar aún mucho para ello.

–¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

Estoy leyendo una novela de la escritora uruguaya Virginia Gutiérrez. Es una novela para adolescentes: Kaika de Robles y la tierra de la memoria. Pero también leo obras de los autores con quienes mantengo entrevistas, para conocer sobre su trabajo. Eso demanda bastante tiempo, y no siempre puedo leer todo lo que necesito.

–¿Cómo ves el panorama editorial para tantos autores que hay o quieren publicar?

Las editoriales, según mantuve entrevistas con editores y gente vinculada al libro, durante el 2020 y 2021, estuvo y está complejo. Hay muchos autores, pero también está la posibilidad de la autopublicación, que ayuda un montón, pero no es lo mismo que tener un respaldo. Y pagar por todo lo que significa la publicación de un libro, es alto, y hacer todo el trabajo conlleva tiempo, conocimientos que no siempre el autor tiene. Es difícil. Sin embargo, se puede publicar, como en mi caso, cuentos sueltos en muchas plataformas, una forma muy interesante de llegar al público.

–¿Autopublicación o editorial?

Ambas opciones son válidas, cada uno tiene lo suyo. Pero no puedes esperar a que alguien de una editorial te lea y ya. Quizás hay que aprender técnicas, formas de hacer llegar el material. Hay quien ofrece enseñarte esas habilidades, tienen un costo, claro.

–¿Planificas las historias al detalle antes de escribirlas o las dejas surgir sobre la marcha?

Como escribo cuentos todo es breve. Primero tiro las ideas, luego voy ajustando detalles, eliminando lo que está demás. Más o menos así.

–¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?

Según la temporada. Hay veces que escribo varias horas, ajustando detalles, de cuentos antes armados. Otras veces se me ocurre sobre una idea hacer variaciones y escribo varios cuentos sobre esa idea. Algo en lo que incursioné hace no mucho tiempo, gracias a una escritora mexicana, a quien admiro. Ella enseña técnicas de escritura. Y sus textos son hermosos, te explota la cabeza.

–¿Para qué tipo de lectores escribes? ¿Algún género literario que te gustaría experimentar y aún no te atrevas?

Los lectores deben ser aquellos que le gusta la ficción, lo extraño, o lo cotidiano con una mirada diferente. Lectores que sientan placer de recorrer un camino y descubrir a ese señor sucio, mal vestido, que sin embargo, tienen una historia interesante para contar. Y los encuentro en los caminos de Uruguay, en medio de pueblos, boliches de campaña, en las calles andando con una mirada perdida u obsesionada por un tema.

–¿Qué consejo le podrías dar a un autor que se enfrenta a escribir su primera novela?

No podría dar consejos sobre escribir una novela. Aún estoy tratando de aprender. Creo que la novela tiene muchos detalles que atender, los personajes deben entrar y salir en algún punto, todo es más cuidado. El cuento es rápido.

–¿Cómo te inspiras para escribir? ¿De dónde sacas las ideas?

Las ideas surgen de mirar en derredor. Hay mucha gente dando vueltas, y si miras, hay un personaje justo ahí frente a ti. Un día le cuento a una compañera de trabajo… Ves ese tipo, el del pañuelo, bueno ese es el pirata. Y sí, un tipo retacón, con un pañuelo ajustado en la cabeza y un aro en la oreja, negro, y de paso lento, con una mirada atenta. No podía escribir sobre ese personaje…

–¿Te identificas con alguno de tus personajes, o alguno de ellos está inspirado en ti?

Quizás todos tengan algo de mí, pero busco que cada personaje en su aspecto, en su forma de pararse, en detalles diga algo que convenga a la acción. Pinceladas, porque todo debe ser rápido.

–¿Qué herramientas utilizas a la hora de promocionarte?

Como comenté antes, lo que busco es compartir mis cuentos en sitios donde hay lectores como Tusrelatos.com

, y otros cuantos que hay en la vuelta. Comparto eso en las redes sociales. Pero creo que en esos sitios es donde más se lee, más que en las redes, porque hay un público específico. El que gusta leer textos, en las redes se juega a otra cosa, aunque también se lee y se conoce a otras personas y sus creaciones.

–Y por último, de todos los libros que has publicado, ¿Cuál es tu favorito?

De los doce libros publicados hasta el momento, y uno que viene en camino (DESAFÍO CORONAVIRUS – Tiempos de cuarentena) elijo Criados… En la Tierra Roja, Los pasos de jaguareté michí y otros cuentos y Cosas curiosas en los caminos de las cumbres. Todos responden a lo que mencionaba anteriormente. Una idea desarrollada en varios cuentos. Tienen mucho de ficción pero para los que investigué bastante también.

Damos por finalizada esta entrevista agradeciéndole a Walter el tiempo que nos ha dedicado, deseando que, al igual que nosotros, tengáis la ocasión de conocerlo algo mejor. A continuación os dejamos los enlaces* donde podéis seguir a este autor.


*Omití la sección de enlaces porque aparecen aquí en este blog también.


lunes, 22 de noviembre de 2021

Mis cuentos en Revista TRINANDO 33

Captura de pantalla del sitio TRINANDO


En octubre de 2021 publicaron mis cuentos en el número 33 de la Revista Literaria TRINANDO: Dos tipos extraños; El Lombriz, Riorevuelto y los murmullos; El niño rubio del subsuelo del hospital; Santa Hermosa un pueblo que se extravió en medio del humo; Panyagua.  

Deseo expresar, una vez más, mi agradecimiento a quienes llevan adelante, a quienes hacen posible, esta revista que nos permite compartir nuestros textos: Mario Bermúdez, Carlos Ayala, Abraham Méndez y todo el equipo que colabora. 

Los invito a leer esos cuentos y los textos de otros autores siguiendo el enlace.  

Fragmento de los cuentos publicados


Dos tipos extraños

 <<Viendo las cámaras de vigilancia noté algo extraño la noche del jueves. Y la noche siguiente -por si acaso no estaba convencido- también.

Los funcionarios de limpieza son dos. Recorren cada cuarto de los seis pisos del hotel y limpian siempre las mismas habitaciones. Así, normalmente veo cuando cada uno de ellos entra a un lugar o recorre el pasillo. Son dos. Uno muy delgado, y el otro algo excedido de peso.  Son siempre los mismos dos. Pero pasó lo del jueves, y que se repitió, extrañamente, el viernes...>>

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El Lombriz, Riorevuelto y los murmullos

<<En los tiempos que estudiaba Medicina, conocí al Lombriz. Era uno de los auxiliares de la morgue de la escuela de Medicina. Él tenía todos lo datos precisos. Sabía quién era el docente que te tomaría el examen, y hasta casi lo que te iba a preguntar. No por hacer trampas, sino por los años de estar allí, viendo los exámenes, las clases y todo lo demás. Él traía los cadáveres que eran donados para estudios médicos. Él era el que se encargaba de realizar los cortes de precisión junto con los médicos a la hora de disección gruesa. Después era el turno de los doctores, de los profesores, de los estudiantes avanzados. Y mucho después, de nosotros, los que estábamos empezando a conocer el cuerpo humano para realizar, en el futuro, las cirugías en los quirófanos de hospitales y sanatorios; pero ahora, estábamos aquí, en la morgue.

El Lombriz te conseguía la pieza que precisabas siempre y cuando colaboraras con la yerba, con las galletitas y esas cosas. Era su trabajo, sí. Pero si te portabas bien con él, hacía un esfuerzo y te conseguía lo mejor disponible y aprendías con más detalle. Pero él tenía, también, para quien quería escuchar, una buenas historias...>>

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 El niño rubio del subsuelo del hospital

 <<Era la noche tercera del mes dos del 2021, pero todo era confuso a esa altura. La fiebre era intensa, y no podía ir al hospital o al sanatorio. La culpa era del Covid-19 que tenía todo paralizado, eso decía la abuela. La fiebre iba en aumento y mi abuela dijo: “Mejor un viejo remedio casero”.

-No abuela, no, eso es oloroso… ¿Qué es?

- No te preocupes, te hará bajar la fiebre querido.

- ¿Pero qué es? Es oscuro…

- Es vino caliente con semillas de sandía. Una infusión que te bajará la fiebre...>>

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Santa Hermosa un pueblo que se extravió en medio del humo

 <<Corría el año 2020, el año que se extendió la enfermedad provocada por el virus, o que todo el mundo lo creyó. Fue un año particular por motivos varios. Los cientos de miles de fallecidos por causa del virus, era una. Por otro lado, lo anunciado por un titular que parecía un tanto amarillista, pero la realidad superó toda imaginación. El titular rezaba: «santa hermosa un pueblo que se extravió en medio del humo».

El cronista X viajaba, en ese momento, en una avioneta de la Fuerza Aérea. Cubría la investigación sobre una red de trata de blanca, asociada a un grupo de escurridizos narcotraficantes. Para la mayoría de los tripulantes del vuelo, mi amigo el cronista X, era un suboficial más, asignado a la misión. Habían le permitido acceder a la misión bajo condición expresa de que la historia no fuese publicada, sino hasta que pasara, al menos, un par de años, por razones de alta seguridad. Y lo cumplió. Sin embargo, publicó otra historia, por demás extraña e importante, que merecería tanto recelo, como la anterior. Fue la historia cierta de la desaparición de una ciudad entera...>>

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