Hay quienes dicen que vivimos o
continuamos aquí en el recuerdo de las personas una vez que
partimos, una vez que nuestros cuerpos materiales dejan de latir. Y
quizás sea cierto… Cuando recordamos, cuando sentimos momentos
compartidos con nuestros seres queridos que ya no están aquí, los
tenemos al lado, los tenemos en nosotros, de una u otra forma.
Hay quienes prefieren recordar a sus
seres queridos en esa fechas de sus partidas… A mí no. Creo que
cualquier momento es bueno. Y siempre sabemos que están porque el
recuerdo los trae, y el recuerdo sucede casi por azar, mientras caminas, al oler una fragancia determinada, cuando sale el sol y
descubres similitudes con un tiempo que fue, pero que persiste en
ese recuerdo que tienes, que, seguramente no es el mismo que ayer,
que trae al presente aspectos de una persona, aspectos de un tiempo y
una situación, pero no es lo que exactamente fue, porque - creo - le
vamos dando forma a nuestros recuerdos en la medida que volvemos a
recordar.
A mi me gusta escribir, y al escribir,
muchas veces recuerdo situaciones y le doy formas y circunstancias a
personas para crear una historia. En esas historias viven personajes,
que emulan a esas personas que ya no están. No digo que siempre sea
así, sino que puede darse esa circunstancia, y cuando es así,
recuerdo, hago ese ejercicio de recordar a aquellos cuyos corazones
ya no laten, ya no llevan sangre a sus articulaciones, pero
seguramente viven sobre esa página en blanco una nueva oportunidad.
Y vivir toma así la forma de recuerdo.
Recordar quizás sea la forma de
permanecer, de permitir permanecer a los que se fueron antes. Creo
que muchas veces, tenemos conexiones con otras personas que no
terminan cuando parten físicamente… ¿O sí?
Recordar es ese tiempo que nos permite
“reiterar”/ “Revivir” experiencias pasadas, en las que
quizás, vivimos experiencias fuertes, importantes, que nos marcaron.
Recordar quizás escuchando esa misma música que nos encontró
compartiendo un mate, una charla, una sonrisa, un fuerte abrazo que no
termina…
¿Cuándo morimos? ¿Partir hacia otro
lugar del planeta es morir? ¿No vernos más es una forma de morir?
Son sólo preguntas… Y me interesa sólo creer que recordar es una
forma interesante de seguir charlando, conversando en noches
interminables, con música de por medio, con un mate amargo, un vaso
de vino o frente a un monitor que simula la página en blanco, como
hilo conductor de señales que nos permiten estar en comunicación,
más allá de las experiencias sensibles, más allá de las
experiencias sensoriales, más acá de lo que solemos imaginar.
Recordar... es estar en comunicación.
19 de junio de 2022
Pedro
Buda