Esta entrada es una suerte de
homenaje a quienes me dieron la vida (Mi madre) y me quisieron y me
acompañaron en parte del camino: Pety y Julio. Porque tuve la suerte de tener
seres que, como ellos, fueron parte de mi vida, son y siguen siendo, parte de
mis huellas. Huellas que me ayudaron a ver el camino, que alguna seguí, y
otras, opté, por mi propio destino. Como corresponde.
Es justo, dar gracias. Pues sin
la ayuda de las demás personas, no podemos lograr nuestros objetivos. Y sin el sostén,
sin la ayuda, sin el aliento, sin ejemplos, tampoco. Por ello mi agradecimiento
a esas personas, Antolín, Silvia, a todos los que de una u otra forma son
parte de mis huellas.
Cada persona es importante en
nuestras vidas. Hay personas que no nombraré, pero son ejemplos para mi vida.
Son ejemplos porque se mantuvieron en el tiempo, porque supieron sacar lo mejor
de su contexto, porque lo mejoraron, mejoraron su medio cercano. Y hoy una de
esas personas me saludaba temprano, y me decía que me tenía por referente, sin
saber que es él a quien yo valoro por su forma de ser, por lo que hizo con su
vida. Y siempre lo resalto, porque cuando las condiciones de vida facilitan, se
pueden lograr muchas cosas, pero cuando el ambiente es adverso, eso se hace
cuesta arriba; pero si a pesar de eso se sigue, se lucha y se mejora, hay que
resaltarlo.
Y mi reconocimiento para todas
esas personas que conocí y sigo conociendo en el andar de estos 53 años de
camino, por este planeta azul. Mi
memoria nunca olvide.
En fin. La idea de esta entrada,
es decir: GRACIAS… GRACIAS… GRACIAS…
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Atte. Pedro Buda