Lo que se lee más abajo lo escribí en 2014, pero sigue vigente el contenido del texto producido en ese momento. Hoy lo vuelvo a compartir porque creo que es una forma de celebrar el día del escritor en Argentina, que fue ayer, pero que es hoy, tanto como cada día. El día de celebración fue ayer, pero como tanto otros "días de" es cuando lo sientes, y lo celebro... escribiendo.
2014 -01-01 23:40
Está terminando el primer día de 2014. ¿Y qué será
lo que me animaré a expresar en estas formas Script MT Bold? Lo que sea… será.
Leía
recién algunas comentarios de 2013, algunas quejas mías, algunas
interpretaciones de mi camino. Mi “queja” es realmente un sentimiento, como
tal, algo que vivo en lo más profundo de mi ser. En dichas expresiones decía
que busco un trabajo donde pueda sentirme mejor, más valorado, más feliz con el
trabajo diario, pero… no es fácil lograrlo. Sin embargo, creo que no veo lo
obvio, lo que se da. Si “lo que hacemos es lo que somos”, como dice la frase,
repetida hasta en televisión, debo agradecer el poder hacer esto que estoy
haciendo ahora: “escribir”. Es lo que me gusta y hago a diario… o casi. Pero lo
hago con todo el entusiasmo, las ganas, con todo mi potencial, con toda la
polenta que me es posible, porque creo en ello.
Entonces, el trabajo está, lo hago a diario, o casi… como dije, pero
aunque no es remunerado, hoy por hoy, es reconocido. Y ello basta para mí.
Cuando otras personas leen tus escritos, tu discurrir… y encima lo comparten,
es una forma de pagarte, de compensarte
por tu trabajo. Entonces, el trabajo existe y la compensación también, entonces,
sólo basta decir: Gracias.
Estas
líneas van dirigidas a nadie en particular, pero si escribo y leo, el primer
destinatario soy yo mismo, y al compartirlo en la red, cada uno de los que se
dignan a leer el material son los otros destinatarios. A cada uno de ustedes,
estimados lectores: Gracias. El que haya alguien del otro lado de la pantalla,
de la red, de esta alba sustancia que simula hoja de papel es un estímulo que
me lleva a seguir. Pero cuando no existía evidencia ninguna de vuestra posible
existencia, escribía igual. ¿Por qué? Porque la expresión, el sentimiento, el
deseo de contar historias, verdaderas, ficticias, basadas en la realidad, o esa
parte del espectro de posibilidades que denominamos realidad, está antes de
tener un público. Y entonces, ¿qué pasa? Pasa que al salir al encuentro de
estas albas fronteras buceamos en el mar desconocido de nosotros mismos, donde
nos interpelamos e interpelamos a los demás, los cuestionamos, los llevamos a
pensar, en el mejor de los casos, o lo entretenemos… Todo es válido.
Escribir…
escribir, un trabajo, un oficio que se hace al andar, una tarea, un
divertimiento, un pasatiempo, una profesión, una forma de pasar el tiempo, una
forma de contar la propia realidad, la propia visión de la vida que transcurre
entre los intersticios de la vida cotidiana. ¿Importa qué es esto? Quizás sí,
quizás no… Pero bueno, es –como dije- lo que hago a diario, o casi. Y como es
el comienzo del 2014, lo hago haciendo eso que más me gusta: “escribir”. El año
pasado inicié haciendo lo mismo. A un doctor le debo esa gran posibilidad de
seguir haciéndolo, a la voluntad, otro poco. Sigo mi camino… sigo escribiendo,
haciendo lo que más me gusta… los invito a seguir haciendo eso que a ustedes
más les gusta.
A todos
los cibernautas: Feliz 2014.
Walter
Hugo Rotela González
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Atte. Pedro Buda