Esto es lo que se escuchó
mientras conversaban unos hombres en el ómnibus la mañana siguiente al partido.
̶
¡Vio lo que pasó anoche camarada oficinista!
̶ Sí, lo vi camarada peón. Lo vi por la
televisión.
̶ Una cosa de no creer… cómo el camarada policía
arremete contra el camarada fotógrafo.
̶
Bueno, pero es un camarada fotógrafo…
̶
¿Y? ¿Qué tiene que ver?
̶
¿Y no sabe? Los camaradas fotógrafos no son lo mismo que los otros
camaradas…
̶
¿Por?
̶
Los camaradas fotógrafos portan cámaras…
̶
Sigo sin entender…
̶
Las cámaras son un arma, camarada. Son un arma.
̶
No entiendo camarada oficinista. Es como decir que usted, camarada
oficinista, tiene por arma su maquinita de escribir y su corbata.
̶
Pero le digo que el camarada camarógrafo porta un arma, la cámara. ¿Cómo
va a mostrar lo que hace el camarada policía?
̶ Sigo sin comprender, camarada
oficinista. No veo yo un arma en una cámara. No comprendo ¿cómo un camarada
trabajador, que lleva una cámara, esté haciendo algo malo? Explíqueme usted, camarada oficinista.
̶ No hay nada que entender, nada,
camarada peón. Usted dedíquese a lo que hace, y nada más camarada. Usted haga
la mezcla, alce los baldes y punto, camarada. No hay nada para pensar.
̶
Pero…
̶
¡Pero nada!, camarada peón. Pensar es cosa de otros, no de los camaradas
peones, tampoco de nosotros los camaradas oficinistas, pero vio. Usted es peón,
camarada. Yo, soy oficinista. Cada cosa en su lugar. Ahora, le digo: el
camarada fotógrafo portaba una cámara de fotos.
Pedro Buda
El país del nunca jamás- Año 2.424 después del mundial
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Atte. Pedro Buda